La transformación digital es un proceso necesario para todas las empresas y está cada vez más implementado en cualquier tipo de actividad. Un claro síntoma de esta profunda digitalización de todo tipo de actividades es la rápida expansión que está disfrutando la fibra óptica y la consecuente necesidad de redes de transporte óptico.
Ya no solamente en entornos profesionales, sino también para uso doméstico, necesitamos constantemente mejorar la conectividad y la velocidad en la transmisión de datos. Para ello hacen falta infraestructuras adecuadas y adaptadas a las nuevas tecnologías, igual que equipos capaces de aprovechar este potencial de navegación y la gestión masiva de los datos que nos descargamos.
Este acelerado ritmo de la transformación digital impulsa la necesidad exponencial de servicios de banda ancha que estén correctamente cubiertos por redes de alta capacidad y baja latencia.
¿Cómo es posible satisfacer estas necesidades de servicio? Ante este planteamiento surgen como respuesta las infraestructuras de telecomunicaciones que están basadas en redes de transporte óptico y que tienen como base la tecnología de división por longitud de onda.
En realidad podemos hacer un símil entre las frecuencias ópticas y el espectro de radiofrecuencia. En ambos casos se han normalizado una serie de bandas de uso con un número determinado de frecuencias para el transporte de señales; la diferencia que presentan es el medio físico y el propio ancho de banda que proporciona cada una de las señales.
La tecnología en la que se basan este tipo de redes de transporte óptico se denomina DWDM (Dense Wavelength Division Multiplexing o multiplexado denso por división en longitudes de onda en su traducción al español).
Es decir, se trata de aplicar una técnica que nos permite transmitir simultáneamente, sin que haya interferencia entre ellas y garantizando el máximo ancho de banda de cada una, así como también múltiples longitudes de onda a través de una única fibra óptica.
Hoy en día los canales DWDM para redes de transporte óptico están normalizados y, dependiendo de la tecnología de separación entre canales, es posible transportar un número mayor o menor. De hecho, con las condiciones apropiadas se pueden alcanzar más de 100 canales ópticos multiplexados a través de una única fibra.
La tecnología ha mantenido una mejora constante y actualmente cada canal puede llegar a transportar tasas de datos que hace años solo podían imaginarse. Hablamos de relaciones de más 400Gb/segundo, aprovechando para ello los mismos despliegues de red de fibra actuales.
Todo ello hace que las redes DWDM de última generación, con la inclusión de sistemas digitales que compensen efectos no lineales que pueden aparecen en los sistemas ópticos, desempeñen un papel clave en el desarrollo de las grandes redes de transporte óptico, para poder cubrir las necesidades requeridas para servicios de conectividad a larga distancia, gran ancho de banda y baja latencia de las comunicaciones.
Las telecomunicaciones han avanzado a un ritmo vertiginoso y esa velocidad ha beneficiado también a los hogares. Hoy en día disfrutamos de una plena conectividad en la vivienda que puede satisfacer todas nuestras necesidades. Las redes de transporte óptico se han extendido a tal nivel que desde nuestra casa podemos conectarnos al resto del mundo aprovechando la mejor calidad y estabilidad en esa conexión.
El problema de esta estandarización de la conexión a alta velocidad es que se ha normalizado y, por tanto, cuando se accede a otros espacios se echa en falta este servicio. En el sector hospitality ha sido especialmente importante esta necesidad.
Si bien hasta hace unos años la posibilidad de disfrutar de un hospedaje alternativo al hogar siempre venía acompañado de una atención personalizada con elementos que mejoraban nuestro confort, hoy en día las empresas hoteleras han requerido invertir para conseguir esos beneficios de la conectividad a larga distancia y un ancho de banda óptimo con el que disfrutar de lo que ahora exigimos a la Red diariamente.
Vinculada a esta necesidad, Televés presentaba recientemente su infraestructura de telecomunicaciones especialmente diseñada para el sector hospitality, con Arantia Cast como principal exponente, para ofrecer un servicio de conectividad masiva a todos los usuarios, manteniendo los estrictos estándares de privacidad necesarios.
De hecho, Televés continúa creciendo en distintos ámbitos, incluyendo su presencia en las redes de transporte óptico.
Un factor clave ha sido la alianza con Padtec, empresa brasileña referente en la fabricación de sistemas de transporte óptico en América Latina y con la que añade a su línea de productos las soluciones DWDM, para crear una nueva vertical especializada en redes de transporte óptico de alta capacidad y baja latencia.
El Transporte Óptico de Televés aporta una gama completa de equipos de red basados en multiplexación por división de longitud de onda. De esta forma ofrece al mercado una solución para redes de transporte óptico de alto rendimiento, de manera que con una única fibra se transportan múltiples señales (servicios multiprotocolo), simplificando las infraestructuras y mejorando la calidad y el alcance.
La alianza con Padtec consolida la apuesta de Televés por la tecnología DWDM y permite a la corporación mejorar su servicio integral de infraestructuras de telecomunicaciones en Europa, Oriente Medio y África. Televés es el proveedor referente para aquellas empresas, operadoras, instituciones, servicios públicos o Smart Cities que buscan la manera de usar las telecomunicaciones para ser más sostenibles y continuar avanzando en su proceso de digitalización.
Por descontado, el crecimiento se mantiene tanto para Televés como para las redes de transporte óptico DWDM. Recientemente se realizó una investigación de mercado por los especialistas en este tipo de estudios, Dell’Oro Group, que evidenciaba que los ingresos en el sector de equipos de transmisión óptica DWDM podrían llegar a superar los 17.000 millones de dólares en 2026.
Todo apunta a que los sistemas DWDM enfocados a la conectividad para largas distancias disfrutarán de un crecimiento notablemente mayor que las redes de corta distancia y alta densidad. En cualquier caso, ambos sectores mantendrán una evolución ascendente si se mantiene la tendencia de los últimos años.
La tecnología nos ha demostrado siempre que es un conjunto de elementos que debe funcionar de forma sincronizada. A veces despunta un sector específico, motivando al resto a esforzarse para ponerse a su nivel y poder aprovechar esos nuevos avances. Con las redes de transporte óptico pasa exactamente lo mismo.
Para poder aprovechar estas condiciones sorprendentes de conectividad a alta velocidad y baja latencia hacen falta las infraestructuras en las que volcar las redes de transporte óptico. La Red también ha debido evolucionar para poder ofrecer entornos digitales en los que los usuarios puedan disfrutar de datos descargados de forma masiva, como requiere ver un vídeo online o hacer una videollamada.
A estos factores hay que unir también los sistemas informáticos y dispositivos que aprovechamos para disfrutar de esta conectividad. Y, dentro de ellos, son clave los componentes que hacen posible tanto la conexión a la Red como la gestión de los datos digitales que consumimos.
De ahí la importancia capital de empresas como GCE, que vuelcan sus esfuerzos en el diseño y desarrollo de circuitos impresos de distinta tipología (monocapa, doble capa, multicapa, flexibles o de alto espesor de cobre, entre otros).
Como el mercado de redes de transporte óptico, la fabricación de componentes como los circuitos impreso también ha cobrado un impulso destacable, tanto por el aumento cuantitativo de dispositivos tecnológicos que nos acompañan diariamente, como también por la exigente capacidad que requieren las nuevas condiciones de conectividad, gracias a la evolución creciente del sector.