La innovación en telecomunicaciones y la consolidación de la Industria 4.0 ya no es solo un factor diferencial y competitivo, sino que en el actual contexto de economía y sociedad digital se han convertido en la manera en la que una sociedad pueda potenciar prosperidad, empleo y calidad de vida a sus ciudadanos, sobre todo a través del acceso a información y la comunicación inteligente.
El impacto positivo de la transformación digital y la materialización de las tendencias en telecomunicaciones se traduce en la Smart City, un entorno con el que ya estamos familiarizados y que se entiende como la vía para el crecimiento sostenible y más igualitario.
Tal es la potencialidad de la Smart City, que la Agenda Digital Europea recoge y aboga porque toda innovación y desarrollo de las TIC tenga una relevante repercusión en el bienestar social y económico de una sociedad.
Las tecnologías como el Big Data, IoT o la Nube son claves en el desarrollo de la Industria 4.0 y la consolidación de la Smart City, pero el paso inicial y básico debe ser el desplegar redes de nueva generación que permitan la integración y acceso a todas estas innovaciones en telecomunicaciones.
Redes de nueva generación: NGA y NGN
El despliegue de las redes NGA – Next generation access- fue el primer paso para actualizar y ampliar los servicios de banda ancha fija, permitiendo el acceso a una velocidad de banda ancha de 30 Mbps y el empleo de fibra óptica y cable coaxial, lo que mejora la calidad y eficacia del servicio de conexión.
Las redes de acceso de nueva generación se basan fundamentalmente en el despliegue de redes de transporte sobre fibra óptica terminadas en interfaces radio de última generación. La fibra óptica permite el despliegue sobre zonas extensas, garantizando anchos de banda muy importantes así como una gran potencia.. Una vez se ha desplegado la fibra óptica hasta el punto de entrega del servicio, el usuario final espera disponer de conectividad tanto a través de conexiones físicas como inalámbricas.
En el caso concreto de las redes sobre radiofrecuencia, los puntos de acceso que incorporan los protocolos más recientes, como 802.11s, 802.11r, 802.11k, los cuales permiten un acceso a la red de modo seguro y en optimas condiciones para cada uno de los escenarios. No se debe dejar de tener presente el hecho de que el usuario espera disponer de una serie de servicios compartiendo una misma red que ofrezca una estrategia de seguridad adaptada.
Según la OFCOM de Reino Unido, las redes NGA se definen como “la banda ancha súper-rápida y se entiende, en general, como los productos de banda ancha que ofrecen una velocidad de descarga máxima que es superior a 24 Mb, la velocidad que se considera comúnmente como la máxima que puede ser soportada en la generación actual de redes (basadas en cobre)".
Esta extensión de las redes NGA ha hecho necesaria la instalación de nuevos accesos FTTH (redes de fibra óptica) y HFC (redes de cable coaxial) para mejorar las conexiones tanto en zonas domésticas, como parques tecnológicos o edificios administrativos.
En concreto, la fibra óptica para hogares es la que mayor implantación ha tenido en los últimos años y ha supuesto ser la red de telecomunicación clave para distribuir servicios de telefonía avanzada, Internet de banda ancha y señal de televisión, dado que tienen mejores características en cuanto a calidad de la transmisión de datos, en velocidad de conexión y seguridad, en comparación con las tradicionales “redes de cable”.
Según los datos más recientes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CMNV), el incremento de los puntos de acceso a fibra óptica en España no para de crecer desde 2016, lo que también ha hecho aumentar los hogares con acceso a banda ancha y a una velocidad de conexión igual o superior a los 30Mbps.
Pero, por otro lado, hay que puntualizar que este despliegue de redes de nueva generación se ha concentrado en municipios de entre 10.000 y medio millón de habitantes y que la inversión privada es esencial para conseguir el objetivo de 100Mbps para 2025, continuando con el mayor despliegue de redes NGN (Next Generation Networks).
Las redes NGN suponen la evolución hacia la construcción de redes a partir del Protocolo Internet (IP), lo que permite la concentración de servicios multimedia en los conocidos “paquetes” que ofrecen servicios de voz, datos, video bajo demanda y otros servicios integrados, aprovechando al máximo el ancho de banda y la independencia de la infraestructura de red.
Telecomunicaciones en la Smart City: cobertura, acceso y velocidad
Ya en 2010, la Comisión Europea con la creación de la Agenda Digital Europea dejó claro la importancia de la extensión de las redes de nueva generación y de la implantación de las innovaciones en telecomunicaciones en toda Europa. Con ello se busca conseguir un desarrollo socioeconómico próspero en todos los estados miembros y, por tanto, mejorar el posicionamiento de Europa en la economía digital mundial.
Por eso mismo, hablar del avance de la Industria 4.0 y la consolidación de la Smart City va estrechamente ligado a cumplir ciertas premisas, en cuanto a las características que las redes de telecomunicaciones deben cumplir.
Para los objetivos europeos 2020, todos los países europeos deberán poder ofrecer a los ciudadanos la contratación de servicios de red, lo que supone que toda ciudad europea cumplirá las expectativas de cobertura, continuando con el cumplimiento de los mínimos en la velocidad de acceso que deberá ser de, al menos, 30Mbps.
Mientras, Europa dedicará importantes esfuerzos para que, ya en el 2020, un 50% de la ciudadanía europea pueda acceder a conexiones de más de 100 Mbps, ya que muchas zonas geográficas y localizaciones que albergan los principales motores socioeconómicos -sanidad, educación o servicios administrativos- ya cuentan con instalaciones de redes NGN.
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