Hoy en día las luces LED se han convertido en elementos indispensables de uso personal, público y profesional.
El mes de octubre de 2020 se celebraba el 58 aniversario de su invención, no obstante, la historia de la luz LED es mucho más antigua y no tiene un solo nombre asociado a ella.
Podemos decir que su nacimiento y desarrollo es una de las creaciones conjuntas de la humanidad que consiguieron profesionales de distintas generaciones sin saber hasta dónde llegaría la siguiente persona que hiciera evolucionar el descubrimiento.
En realidad, ha transcurrido más de un siglo desde que una teoría evolucionó hasta los servicios que ofrece hoy Televés de iluminación LED como tecnología eficiente. En la actualidad es aplicable a cualquier entorno profesional e industrial, tanto interior como exterior.
Siendo justos, es innegable que el LED debe mucho al descubrimiento de la bombilla, oficialmente asociado a Thomas Edison en 1879. Sin embargo, la primera base teórica la encontramos 30 años después.
Debemos mencionar a Henry Joseph Round, quien descubrió un fenómeno muy interesante al trabajar con cristales de carburo de silicio en 1907. Así surgió la electroluminiscencia en la que se basa el funcionamiento de la bombilla LED.
De hecho, esperamos otros 20 años para que el inventor Oleg Losev aprovechara esta teoría para crear el primer LED oficialmente reconocido. En aquel momento nadie sabía para qué podría servir, pero la invención fue divulgada en medios especializados de todo el mundo.
Se le reconocía un gran potencial y muchos científicos e inventores se volcaron en exprimir al máximo todas sus posibilidades. Finalmente, en el año 1962, Nick Holonyak fue capaz de desarrollar el primer LED con capacidad de radiar dentro del espectro visible con luz roja.
Tardaron 10 años más en inventar el LED amarillo, pero con este nuevo paso, la luminosidad obtenida se multiplicó también por 10. Desde 1976 ya se fabricaban LEDs para sistemas de telecomunicaciones.
Al principio estos LED se aprovechaban como indicadores luminosos de funcionamiento en dispositivos electronicos. Por ejemplo, el clásico "stand by" de los televisores. Poco a poco sus costes de fabricación se abarataban y cada vez eran aplicables a más soluciones.
El penúltimo paso destacable en la evolución de la bombilla LED tuvo lugar en 1994. Shuji Nakamura, Isamu Akasaki e Hiroshi Amano consiguieron el primer LED azul de alta luminosidad. A los 20 años se les reconoció su extraordinario avance con el Premio Nobel de Física de 2014.
Abrieron la puerta a la potencia lumínica que disfrutamos hoy en día con los LEDs actuales. De hecho, no tuvimos que esperar demasiado hasta que apareció el primer LED blanco.
El planteamiento de esta creación se basaba en un material fosforescente capaz de absorber parte de la luz azul y producir luz amarilla. Curiosamente, para el ojo humano esta combinación da lugar a una luz blanca. Con técnicas como la fluorescencia, se descubrió también la posibilidad de reproducir colores con la mayor calidad hasta el momento.
Poco a poco la luminosidad de los LED ha ido aumentando y con ella su eficiencia energética, así como las aplicaciones de este desarrollo tecnológico.
Televés plasma esta misma diversificación en la oferta de sus servicios. Sus instalaciones de luces LED varían desde espacios deportivos hasta el alumbrado público, incluso controlar la colonización biológica en las fachadas de los edificios de alto valor patrimonial y en los monumentos (proyecto Cromalux), con notables resultados en todos los ámbitos de aplicación.
Por descontado, la ciencia sigue invirtiendo recursos en la evolución del LED y su futuro es prometedor. Algunas investigaciones plantean la posibilidad de usar esta tecnología dentro del cuerpo humano para activar medicamentos bioterapéuticos con los que tratar tumores.
Un ejemplo más de la infinidad de posibilidades que ofrecen las luces LED que, a día de hoy, siguen escondiendo una incontable cantidad de soluciones prácticas que todavía tenemos que descubrir.
Mirando el futuro es lógico reconocer la hegemonía de la bombilla LED en su sector. Presenta ventajas notables que ninguna otra tecnología había conseguido hasta ahora y que, por tanto, le sitúan siempre como una solución más favorable.
Algunas de las ventajas que la bombilla LED ofrece por encima de cualquier otra opción son pueden ser:
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