Tanto la primera como la segunda Revolución Industrial trajeron consigo un gran número de avances, así como un sinfín de nuevas profesiones. Las oportunidades que se abrieron eran enormes y, desde entonces, la gestión y optimización de las fábricas no ha frenado su desarrollo. Actualmente, y gracias en gran parte a los procesos robotizados, estamos ante otra Revolución Industrial que trae consigo un potencial de desarrollo enorme.
Así mismo, dada su rápida velocidad de desarrollo y expansión, los procesos robotizados están al alcance de todo tipo de industrias, sin limitarse a aquellas empresas o sectores que ya son grandes y están bien asentados en el mercado. Dadas las repercusiones que tendrá su implantación tanto a nivel social, con la creación de nuevos puestos de trabajo, como a nivel industrial, desde Televés Corporación queremos contarte por qué el sector industrial debería apostar por la innovación tecnológica.
La primera gran ventaja que se menciona siempre que se aborda el tema de los procesos robotizados es el aumento de la productividad. A este respecto, un equipo robotizado es capaz de asumir una mayor carga de trabajo, dado que realiza los procesos de fabricación de forma mucho más rápida. Este hecho, ya implica de por sí un aumento de la productividad, sin embargo, a la velocidad se suman otros factores que tenderán a aumentar aún más dicha productividad.
No solo la rapidez redunda en el beneficio de fabricación sino también la precisión con la que los sistemas robotizadas permiten realizar operaciones repetitivas de alta precisión que con recursos humanos serían difícilmente realizables, operaciones que se realizan en ocasiones en condiciones desfavorables para el ser humano, como por ejemplo la manipulación de elementos de fundición a alta temperatura, cargas voluminosas, operaciones en espacios reducidos, etc.
Otra ventaja es no tener la necesidad de parar durante el tiempo que la fábrica esté en funcionamiento, pudiendo trabajar estos sistemas de forma autónoma consiguiendo aumentar el número de producciones que se efectúan por día. Esto junto con la constancia de los procesos conlleva ventajas como la predictibilidad y y capacidad de planificar de forma ágil las diferentes y numerosas órdenes de fabricación, ventaja que todavía es mayor en situaciones de alta flexibilidad y variedad de producto. Por otro lado, la digitalización que trae consigo la automatización de los procesos permite programar tareas de mantenimiento preventivo con antelación, fuera del horario de producción, para evitar fallos que conllevarían una parada en de la producción o una disminución de la calidad del producto.
Relacionado con el punto anterior, los procesos robotizados han conseguido que sea más económico producir maquinaria, lo que ha llevado a que su despliegue en pequeñas y medianas empresas sea a día de hoy una realidad. Además, sus bajos costes de mantenimiento han permitido que las industrias que optan por su implantación sean mucho más competitivas, aportando un balance final para la empresa muy positivo entre los gastos asociados a los procesos robotizados y los beneficios obtenidos gracias a ellos.
Una de las grandes preocupaciones de toda industria es lograr disminuir al mínimo los accidentes laborales. Las fábricas son entornos en los que la seguridad debe estar muy presente para evitar cualquier clase de riesgo. No obstante, pese a que la empresa tenga una excelente planificación sobre la prevención de sus riesgos laborales, existen fallos humanos que son impredecibles.
En este sentido, los procesos robotizados pueden aumentar enormemente el nivel de seguridad en una planta. Esto se debe a que gracias a ellos se puede evitar exponer a un trabajador a los riesgos asociados a determinadas actividades de producción. Así mismo, la implementación de este tipo de procesos suele conllevar una implantación de sensores y dispositivos que pueden parar los procesos donde se haya producido un accidente o situación delicada cumpliendo con la estricta norma de seguridad para maquinaria industrial.
Gracias a los avances tecnológicos existen sistemas que permiten un trabajo mucho más orquestado y eficiente entre las tareas que realiza la maquinaria autónoma y el personal de la empresa, creando un ecosistema hombre-máquina donde ambos interactúan dentro de un proceso fabril de forma natural y segura.
Otra de las grandes ventajas que aportan los procesos robotizados es el de optimizar el trabajo y hacer mucho más eficiente el proceso industrial. El uso de esta tecnología permite enfocar las tareas más sencillas y repetitivas en maquinaria especializada y deja que el personal humano se centre en las tareas más complejas, en las de mantenimiento o en aquellas que requieren un mayor grado de supervisión por parte de un operario.
Por otro lado, los procesos de automatización eliminan los tiempos de inactividad de cualquier tipo, lo que aumenta la eficiencia de la empresa y su nivel de competitividad. Habitualmente, este es uno de los factores a los que más recursos se tienden a emplear, siendo la implantación de modelos robotizados una gran respuesta ante esta necesidad.
Dadas las ventajas aportadas por la automatización y los procesos robotizados, todas las empresas que empleen procesos de fabricación son candidatas ideales para implementar esta tecnología. Tan solo es necesario analizar las características concretas del sitio donde se busca implantarlas, calcular el retorno de inversión y fijar el objetivo que se quiere obtener para que respondan a sus necesidades industriales.
Para ejecutar con éxito dicha planificación industrial lo ideal es contar con empresas orientadas hacia la innovación tecnológica, que tengan experiencia y un gran número de casos contrastados en su historial, como es el caso de la empresa ISF, uno de los grandes exponentes en el campo. Su labor destaca no solo por el trabajo principal de diseño y desarrollo de instalaciones automatizadas, sino por su proceso continuo de análisis para lograr una mejora continua.